A la cacería de los bandidos [Kuniyoshi - Aramintia]

Había leído una nota sobre un grupo de bandidos que estaba asolando un área que conocía bastante bien de las zonas más frías de la tierras del norte, y pagaban un muy, muy buen dinero. Por lo que había atendido a la taberna donde el jefe del pueblo esperaba atentamente a que llegaran quienes se ofrecerían a actuar en post de el grupo. Me encontraba allí con atención, viendo quienes serían los que participarían de la expedición. Yo iba a participar, y ya lo había dicho al tipo, el cuál había visto con bastante miedo la participación de alguien como yo, quién claramente llamaba la atención. Pero muchos sabían que no había nada mejor que un vampiro para ver en la más oscura de las noches, y así poder encargarse personalmente de lo que allí sucedería, esperé con calma a ver quienes aparecerían.

Aquella era una tierra extraña para Kuniyoshi, aunque se las había arreglado para poder mezclarse con la sociedad de aquel lugar, incluso aceptando un trabajo relativamente fácil de capturar unos simples bandidos.

Abrio la puerta de la posada la cual era el punto de reunión y se acerco al grupo los cuales serían sus compañeros, no observó nada del otro mundo salvo a un albino el cual llamó su atención, albino al cual le clavó sus brillantes "ojos" (Por llamar de alguna forma a las dos cuencas de energía que cumplían esa función en su raza), algunas personas le miraron algo confundidos sabiendo que el no era un ser normal hasta que uno de los mas jovenes se levanto alterado -¿Se puede suponer que clase de criatura es usted caballero? Tiene un aura...realmente...-. Se quedo balbuceando algo sin que se le entendiera, realmente el Yokai poseia un aura que para cualquier entendido en el mundo de los demonios le delataba como tal.

Aquella pregunta divertio a Kuniyoshi el cual rió por lo bajo y miro a los ojos al joven -Soy vuestro compañero en este contrato, me llamo Vunn, eso es todo lo que necesitas saber-. Kuniyoshi no solía dar el nombre de verdad a desconocidos por cuestiones de....seguridad, los murmullos se extendieron por los presentes mientras Kuniyoshi permanecia de pie apoyado en la pared esperando a los que aún faltaban por llegar.